El boxeador de Las Termas, Santiago del Estero estuvo cerca de tocar la cima que sueña cualquier boxeador… El título del mundo. Hoy en día, tiene su gimnasio en Mar del Plata, en donde forja púgiles de manera exitosa. Pese a eso, sus mejores años jamás serán olvidados por el boxeo nacional en la época de oro.

En sus palmares como boxeador amateur tuvo grandes cosechas: Realizó 90 peleas obtuvo tres títulos argentinos, uno latinoamericano, y una medalla de Bronce en los Panamericanos de San Juan, Puerto Rico (1979), premio que le otorgó el derecho de representar a la Argentina en los Juegos Olímpicos  de Moscú (URSS/Rusia).

En profesional, logró un envidiable récord de 43 victorias, 3 derrotas, 3 empates con 14 antes del limite. Conquistó el título argentino FAB en el mítico Luna Park. En aquel entonces, ser campeón nacional era un privilegio del cual pocos gozaban. También, ser monarca FAB era una chance muy grande de pelear por el título del mundo. Así como en cada país lo fue en los 80′ y 90′.

En el año 1986 le llegaría una grandisima chance de la cual cualquier púgil sueña… El título del mundo. Barry Mc Guigan era el oponente, sería en la casa del boxeo mundial, Las Vegas. La corona en juego sería la de la Asociación mundial de boxeo en peso pluma. Lamentablemente no pudo llegar, un mes antes sufrió un desprendimiento de retina en su ojo derecho, el cual fue tratado por el medico del presidente de la nación.

“El medico se mandó una macana, me quedó el ojo izquierdo bien y el derecho lo operó dos veces y ninguna con éxito. Me dijo que había salido todo mal, frescamente me dijo que me iba a acostumbrar a ver con un solo ojo“, relató Sosa.

Esto marcaría el final para el santiagueño, quien estuvo a solo un mes de conquistar el título del mundo ¿Y porque decimos esto? en ese mismo año, en el lugar de “Maravilla” Sosa peleó Steve Cruz, quien venció a Mc Guigan por decisión unánime en 15 asaltos.

Se retiró en la gloria, con unos palmares envidiables, también con logros que pocos boxeadores han igualado en aquel entonces. Como recién mencionamos en 1982 obtuvo el título argentino pluma. Tras un gran triunfo ante Juan Domingo Malvarez, el diario Clarín le entregó el premio revelación como mejor boxeador. Seguido de eso realizó  6 defensas exitosas, 2 peleas en Sud África, y se convirtió en el número 1 del ranking internacional en la categoría por un largo periodo. Para recalcar, también tuvo una gran guerra en el Luna Park ante Sergio Victor Palma, en un pelea muy cerrada en donde se la llevó el oriundo del Chaco, quien venía de perder su corona peso supergallo AMB en Estados Unidos en un combate polémico ante Leonardo Cruz.

 

Años más tarde decide volver al boxeo, pero en otra faceta. Esta vez, como entrenador. Logró coronar campeón del mundo a Luis Lazarte, en el año 2010, cuando se adjudicó la corona minimosca FIB. Otro de sus logros fue hace poco, llevó a  su ex boxeadora, Liz Crespo a pelear a Estados Unidos por el cinto de la Federación Internacional de Boxeo. Penosamente cayó por decisión, dando un buen papel. Hoy por hoy tiene una promesa en el campo rentado, Lucas Bastida (5-1-0, 3KO’s) quien viene de vencer y quitarle el invicto a Sergio Paysse (6-1-0, 1KO’s). Como entrenador no cabe duda de que es quien tiene más experiencia en Mar del Plata. Lo demuestra, tanto con sus boxeadores profesionales como aficionados.